Era sábado y decidimos salir, él con una pinta casual, Jeans, chaqueta Vinotinto que resalta su tono de piel, camiseta y zapatillas oscuras. Me pinté las uñas, me puse un enterizo de short y una chaqueta negra, unas botas de caña alta, nos veíamos guapos.
Nos dirigimos al parque de la 93, dimos una caminata y en algún momento lo tomaba del brazo o él me echaba el brazo por encima y después de un rato escogimos entrar a cenar en un restaurante que él no conocía. Luego de una velada muy agradable salimos de allí, anduvimos por el parque recorriendo los caminos hechos por vitrinas acomodadas entre el sendero peatonal y el pasto; pequeños cubículos exponiendo zapatos, bisutería, ropa, caramelos, regalos.
Recorríamos los senderos a medida que la conversación se enriquecía con las anécdotas individuales, una en particular era el enfoque del momento y era que recientemente él había terminado con su novia. Yo escuchaba atendiendo el relato y a la vez observando vitrinas y buscando ávida un puesto de helados. Un par de miradas curiosas y con algo de morbo nos seguían en nuestro recorrido al detectar la diferencia de edad entre ambos, un grupo grande de personas no disimularon y voltearon a vernos, me recorrieron con su mirada y luego hicieron lo propio con él, luego del reparo detallado rieron.
Cuando ya nos sentíamos cansados y empezamos a sentir que la temperatura disminuía a medida que avanzaba la noche, optamos por ir a un sector más cercano a mi casa donde hay pubs, restaurantes y bares. Decidimos entrar a un bar donde ponen música de los 80’S y las personas miraban atentas al ver una pareja como nosotros; bailamos, reímos y más de una vez descubrimos miradas curiosas e inquisitivas ante nuestro encuentro, por breves instantes nos sentimos incómodos y él hacía chistes y comentarios en voz alta aludiendo a nuestra relación diciendo: «claro que si MAMÁ» o «si progenitora»…
¿Por qué es tan difícil ver a otros con inocencia, con la mente libre de prejuicios y sin juzgamientos de ningún tipo?. Va una pareja caminando por la calle y es muy probable que alguien piense que son pareja como primera opción, ¿por qué nos cuesta observar con neutralidad? resulta que esas dos personas pueden ser padre e hija, madre e hijo, hermanos, tía sobrino, tío sobrina, tío sobrino, padre e hijo, madre e hija, primos, primas, prima y primo… Como ven las opciones son variadas, aún cuando no he mencionado todas. Mientras caminábamos, aún con la mirada prejuiciosa de algunos decidimos caminar abrazados por un rato y le pregunté: ¿por qué no pueden mirar a una pareja por la calle de manera inocente? y entramos a reflexionar sobre eso.
Al día siguiente estaba perdida en divagaciones mentales, en tanto caminaba vi por la calle a dos hombres jóvenes con ropa deportiva caminar abrazados y me descubrí pensando: «que lindos que se abrazan por la calle…» ya mi mente iba a desembocar en el juicio de si eran o no pareja. Ante este pensamiento decidí verlos con una mirada inocente, reconociendo que podían tener cualquier clase de relación y por supuesto cualquier orientación sexual.
Así que una vez más los invito a que generemos un cambio en nuestra mente, un cambio libre de prejuicios y que veamos a nuestros compañeros de mundo con una «mirada inocente».