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La basura son aquellos desechos que no usamos porque ya cumplieron su ciclo de uso o son residuos de distintas clases de productos; como sea, la basura es lo que no necesitamos y se desecha o recicla dependiendo el material.

Resulta apenas lógico que cada individuo se haga cargo de su basura, no obstante no es así, de hecho es bastante común en varias ciudades y lugares del mundo,  ver por la calle como algunas personas botan a las calles, envolturas, bolsas o cualquier tipo de basura y dependiendo de la cultura ciudadana y del lugar en unos lugares ocurre con más frecuencia que en otros.

Hace un par de meses me mudé a un nuevo vecindario y camino hacia mi casa hay una avenida en la que había unos locales comerciales disponibles para arrendamiento, (seguramente antes de la pandemia estaban ocupados) y al lado de estos locales hay una propiedad que al parecer está abandonada. Esta propiedad tiene un parqueadero cuyo acceso es por una rampa bajando,  por lo cualla entrada está en desnivel respecto a la avenida. En la entrada del parqueadero por alguna razón que por supuesto desconozco hay una especie de «inundación» y además hay bastante basura allí a la entrada de dicho parqueadero perteneciente a la propiedad.

Dado que paso por allí con frecuencia es apenas lógico que me hubiese percatado de aquella situación y con el paso de los días empecé a sentirme incómoda con esto.

Hasta que un día me descubrí evitando mirar hacia la entrada del parqueadero con su pequeña inundación y basuras flotantes.

Aquel día me pregunté que era lo que me incomodaba, claramente la falta de estética, la dejadez, el desorden, la suciedad, el riesgo de salubridad y todo lo que ello conlleva es el motivo de mi desazon. Me preguntaba por qué el dueño tendría este edificio abandonado, que por ubicación y tamaño debe tener un valor considerablemente elevado a pesar de sus condiciones de deterioro. Sin embargo quise ir más profundo y descubrí que tiene que ver con mi necesidad de control y la falta de aceptación. Recordé entonces una curiosa metáfora que me dijo una tía a quien quiero muchísimo, cuando yo tenía 13 años de edad. Esta metáfora fué usada como recurso para explicarme que hay cosas que sencillamente no podemos controlar, y decía más o menos así:

«imagínese que todos los días a las 3 de la mañana viene un perro a cagarse en la puerta de su casa y cuando usted sale para el colegio se encuentra la mierda del perro ahí, usted se siente mal, le da mal genio, le incomoda pero puede pasar por encima y depronto puede que se unte así que le toca limpiarse… usted tiene dos alternativas y es pasar por encima o levantarse todos los días en la madrugada a esperar al perro para espantarlo y que no se cague en la entrada de su casa… así es la vida mijita hay cosas que uno no puede controlar»…

Este cuento inventado a manera de metáfora quedó grabado en mi memoria y a veces lo recuerdo porque de manera simple y pintoresca relata la variabilidad de la vida misma, el cambio constante y nuestra casi nula capacidad de control frente a la misma, hice un mapa mental y me di cuenta que la basura del vecino me incomodaba porque en el fondo de mi ser me molesta  que las personas no se hagan cargo de sus cosas, sus problemas, sus asuntos, su basura, su mierda. He aprendido con el tiempo a soltar, a confiar y cada vez a molestarme menos con las realidades de otros porque no me pertenecen y yo tengo que seguir adelante o pasar por encima de lo que no me gusta cuando es algo que no puedo controlar o no me pertenece.

Me propuse  que cada vez que pasara por el frente de este edificio si sentía la curiosidad de mirar a ver si seguía la inundación subterranea con basuras flotantes iba a mirar sin evitarlo, me comprometí conmigo a procurar percibir este hecho como neutro. Y empecé a hacer el ejercicio que entre otras cosas no fué fácil hasta que pasando los días dejé de prestarle atención y ya casi pasaba por allí y no recordaba mirar o ya no sentía ni pensaba nada al respecto. Hace un par de días pasé por allí y ví que estaban unas personas del acueducto con unas mangueras y un camión haciendo una especie de extracción o drenaje y recordé que durante algún tiempo estuve esperando a que esto sucediera y ahora que estaba pasando no me importó.

La basura del vecino se asemeja a esa basurilla que le pertenece a otros en tu vida, esa amargura que carga tu compañero de trabajo, ese negativismo que se carga tu tía, esa sarta de quejas de tu amiga que está inconforme con su relación pero no hace nada al respecto y la lista sigue… La cuestión es que esa es su basura, es su asunto, no te pertenece y a menos que te pidan tu opinión lo mejor es no intervenir y tristemente algunas veces debemos alejarnos de esas personas que nos pueden untar con su propia mierda, por nuestra propia salud mental. Cada vez, cada día, procuro ser más responsable de mi, de mis actos y palabras; aprendí a hacerme cargo lo mejor posible y a fijarme menos en la basura del vecino.

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