Inciaba el año 2013 cuando escuché por primera vez la palabra Ho’oponopono. Llegó a mí, gracias a la recomendación de una mujer maravillosa que fué mi terapeuta y hoy en día es una gran amiga. Recuerdo que en una sesión me recomendó un audio de alguien llamado Susana Majul, tenía por nombre la llave sanadora del amor: ho’oponopono, también recuerdo que no fué difícil memorizar la pronunciación de dicha palabra,como le sucede a la mayoria de las personas, que se les dificulta.
Lo cierto es que llegué a casa, busqué el audio y lo escuché en calma, me pareció muy bello y lo escuché con cierta regularidad, pasó algún tiempo hasta volver a escuchar sobre esta técnica y la segunda vez que me la volvieron a recomendar fué la misma persona: lizzy; así que si ella me decía me parara de cabeza con una flor en el pié lo hacía -puesto que me comprometí al 100% con mi proceso de crecimiento personal- y volví a escuchar el audio.
A partir de ese momento, fué que tuve algo así como un click, empecé a investigar, a leer, a ver videos, a ir un poco más alla, a investigar la parte científica, sistémica, álmica, transgeneracional… y wow!!! en mi mente se abrió un mundo infinito de posibilidades al entender que está técnica va más allá de solamente repetir cuatro palabras (lo siento, perdóname, te amo, gracias) a manera de mantras. Implementé el hábito de practicarla a diario y a medida que empezó a pasar el tiempo mi mente comenzó a transformarse, inicié por experimentar mucha paz, claridad mental y poco a poco se fueron fracturando creencias, miedos, paradigmas; entre otros.
Conforme fué pasando el tiempo, mi mente se aquietó bastante y digamos que mi consciencia se abrió de una manera nunca antes entendible para mí, empecé a comprender de forma más sencilla lo que significa ir del miedo al amor y paso a paso se fué transformando mi realidad, la vida me mostraba un camino que no conocía y me llegaban a la mente lo que yo llamo «ráfagas de inspiración» y de un momento a otro llegaba a mi mucha información, toda limpia y clara, respecto a aquel personaje llamado ego y frente a las situaciones de mi vida diaria, inicié por tener una comprensión diferente; lograba identificar cual era el mensaje que la vida me estaba gritando y de repente me ví a mi misma haciendome preguntas continuas como: «para qué me pasa esto».. y las respuestas aparecían.
Recuerdo que cuando ya llevaba más de un año de práctica continua hubo una situación impactante en mi vida, me robaron de una forma muy simbólica, robo en el cual estuvo involucrada de forma indirecta mi hija, ya que ella sin saberlo facilitó el robo, fué una suma importante de dinero y después del impacto inicial; me pregunté: ¿por qué me pasa esto? y la respuesta llegó de inmediato a mi mente; luego pregunté: ¿para que me pasa esto? y esta respuesta se demoró un poco más en llegar a mi, concretamente una semana; sentía todo el tiempo que estaba en la punta de la lengua como si fuese una canción a punto de ser recordada… así que el día que desenmarañé el asunto entendí una parte que me faltaba comprender respecto a mis creencias asociadas con el dinero, con el apego, con la energía masculina de mi vida, con mi padre, con migo misma… fué toda una epifanía!! en ese momento había conocido hacía poco a una persona, que hoy por hoy es una amiga del alma al igual que lizzy; ella se llama virginia y sólo estaba ahí para hacer las preguntas exactas que me llevarían a obtener las respuestas concretas. Ahora puedo entender que el maestro aparece cuando el alumno está listo y eso me ha pasado con ellas.
Toda esta comprensión del fluir de la vida, del ego, del miedo, del amor, ha nacido a partir de esta práctica, llegó a mi vida en un momento en que necesitaba calma, serenidad, confianza y en definitiva quebrar la parte gruesa de mi ego que entre otras cosas no sólo manejaba mi vida si no que me tenía con una venda que no me dejaba ni siquiera entender que tengo algo llamado ego, al igual que todos los seres humanos. Es un hecho que aún hay mucha sombra dentro de mi, la diferencia es que ahora la reconozco y se en cual habitación de mi casa se encuentra la oscuridad, ahora sé que existe, y ya se que hacer con esta máscara o más bien con ese titiritero.
Es un alivio decir que mi vida ha dado un giro de 180°, es casi como si mis átomos hubiesen dado un salto cuántico; si bien mis experiencias hacen parte de mi, es prácticamente como si fuese otra persona de la que me acuerdo cuando pienso en ello, soy tan diferente, que mi vida en todo sentido ha cambiado de manera sustancial. Incluso de forma física, porque hasta el aspecto de mi mirada cambió de una forma que no puedo explicar y la que se percató de ello en primera medida fué mi madre. En definitiva es cierto que los ojos son el espejo del alma.
Ho’oponopono fué para mí la cachetada de realidad que mi estado consciencial necesitaba, fué la primer y mimada herramienta que aprendí en el mundo espiritual que ahora entiendo completamente diferente, encuentro que tengo una comprensión bastante amplia del tema y me ha hecho conectarme con otras personas de forma profunda, porque gracias a esta herramienta empecé un camino que no tiene vuelta atrás y en la actualidad no es la única herramienta de la que tengo comprensión pero fué gracias a esta práctica que mi mente abrió las puertas a mi alma, que estaba parada en la puerta esperando a ser escuchada.
Finalizo diciéndote mi amiga o amigo lector/a, que todo cambio depende de tí, que esta herramienta es un camino fácil: como lo dice la conferencista internacional Mabel Katz (si, ya se que lo fácil no se acomoda a nuestro sistema de creencias), no obstante no es el único camino, ya que todos los caminos de la verdad irrefutable cuyo caso es el amor, pueden conducirte al cielo.